El Real Madrid se lleva El clásico por 86-76 ante el Barcelona y hace del palacio su talismán para la victoria.
El palacio hoy coreó, animó, pero sobre todo, se convirtió en la fortaleza para los de Laso, tanto en Liga Endesa como en Euroliga. Se mantiene invicto en casa desde la temporada pasada. Le da igual quién venga a visitarle, que parece que aquí, en el corazón de Madrid, nadie consigue rascarle ni un punto al equipo blanco.
A pesar del espejismo que se presentaba en el primer cuarto con un Madrid al que le entraba todo y se veía una versión culé un tanto perdida, el segundo era exactamente la misma situación pero dada la vuelta. Con dos parciales de 34-14 y 14-36, el descanso parecía más bien el inicio del partido.
A partir de la segunda mitad del encuentro es cuando pudimos empezar a disfrutar de lo que verdaderamente es un clásico. Campazzo empezó a pausar el juego y empezaron a salir las cosas, poco a poco, canasta a canasta, a pesar de que Mirotic estaba a lo suyo, con la puntería bien fina. Pero no fue suficiente para los de Pesic que hoy firman su segunda derrota en Euroliga aunque mantienen posiciones de Play-Offs.
Rudy y Llull aportaban la madurez taimada en el campo. Y Jordan tuvo que abandonar el partido en el tercer cuarto cuando mejor estaba por faltas. Una victoria forjada poco a poco, paso a paso y merecida, a pesar del tropiezo en el segundo cuarto.
Destacados del partido por parte del Madrid, Deck y Randolph con un 19 y 20 de valoración respectivamente, pero sin duda, lo mejor del clásico hoy ha sido la versatilidad que tiene toda la plantilla blanca, donde todos aportan en un palacio, que se convierte cada tarde en una fortaleza inquebrantable.
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